¿La felicidad es un sueño? ¿Luchas
por conseguir la felicidad? ¿Buscas la felicidad? ¿Quieres ser feliz? ¡Mi
felicidad eres tú! ¡Cuando estoy contigo soy feliz!... Infinitas formas de
referirnos a la felicidad como algo "a alcanzar". ¿Por qué no
referirnos a la felicidad como un estado?
¡La
felicidad no es un sueño! ¡Es tan real como los zapatos que llevas o el plato
de la cena que comiste anoche! ¡Tampoco es una lucha! En el momento en que
"luchas para conseguir la felicidad", estás dejando de lado la felicidad
en sí misma. Porque la lucha es una guerra. Así como buscar la felicidad es
quedarse en la búsqueda, por tanto, aunque la tengas de frente, no la
reconocerás y continuarás buscándola.
Si quieres
ser feliz, se feliz. Pero no te quedes en el anhelo del querer. Tampoco pretendas
que este estado dependa de otra persona o situación. "Alcanzar la
felicidad" tampoco es una carrera. Utilizamos estas frases y muchas más
para referirnos a la felicidad como algo que está por allí en algún lugar, en
alguna situación o en compañía de alguien.
Desde mi
perspectiva, la felicidad es un estado emocional, mental y energético, que generamos nosotros mismos
cuando decidimos apreciar la vida tal y como es. ¡Parece fácil! ¡eh!
Curiosamente, es más fácil de lo que nos pensamos.
Algunos
ejemplos de estados de felicidad que experimentas a diario y que no aprecias:
Cuando vas por la calle y te encuentras a una persona que te sonríe. Cuando ves
el atardecer. Cuando disfrutas del sol de una terraza en invierno. Cuando te
dan una buena noticia. Cuando comes un plato que te gusta. Cuando realizas
cualquier actividad de tu agrado (deporte, montaña, cultural o espiritual). Si
buscas en tu rutina diaria, estoy seguro que encuentras aquel momento o situación
en que experimentas placer y te sientes especial, único. "Este es tu
momento".
Estamos tan ocupados en ver lo
negativo, a criticar, a emitir juicios, a pensamientosrecurrentes, a rehogarnos en el drama y a las asfixias mentales y
emocionales, que aquellas cosas que representan un deleite, un momento especial
o un sentimiento de amor hacia alguien o algo, entre otras cosas, pasan
totalmente desapercibidos.
La Felicidad no es algo inalcanzable,
ya la tenemos entre nosotros. Para identificarla y hacer que sea más duradera, te
recomiendo hacer una parada. Tomate un momento de tranquilidad y soledad para
ti, y realiza un pequeño ejercicio de reconocimiento siguiendo este protocolo:
1. Dentro de tu rutina diaria,
identifica momentos en los que disfrutes de algo (¡comida, relaciones sociales,
familia, entretenimiento, soledad, lectura, etc…!!!)
2. Cuando hayas identificado esos
momentos, descríbete a ti mismo cómo te sientes; relajado, especial, realizado,
satisfecho, animado, deleitándote (a mi modo de ver, es la felicidad en sus
diferentes formas).
3. Habiendo identificado tus momentos y
descrito lo que sientes en cada uno de ellos, encontraras que mientras esto
sucede, no piensas en nada, porque lo que te gusta y lo que disfrutas, lo estas
saboreando en el momento presente. Como mucho te invade la dicha de un buen
recuerdo.
4. A partir de aquí, puedes encontrar
que tienes más cosas con las que eres feliz de las que te pensabas.
Si sigues este sencillo pero eficaz
protocolo, te darás cuenta de lo importante que es tener en cuenta las cosas
que ya haces, por muy pequeñas que sean. Y que lo que quieres, lo que
persigues, lo que anhelas o por lo que luchas, no sean más que excusas para
sentirte atrapado, agobiado, sin rumbo, en desgracia o infeliz. Que, en el peor
de los casos, te sume en la queja, la depresión, la dependencia y la tristeza.
Douglas Varela
Equipo CAYA
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