Permanentemente conectados a la red, al trabajo, a los hijos, a la pareja, al móvil, a los pensamientos, emociones, dolencias pero totalmente desconectados de uno mismo, sintiendo, pensando y haciendo mil cosas diferentes, de manera automática por inercia, sin tener el control sobre ello. Tomarse unos momentos al día, parar, escucharse, observar y sentirse en silencio ayuda a quedarse con uno mismo. No es nada complicado ni se necesitan grandes técnicas ni cosas especiales. Toma un momento al día donde puedas estar en silencio, solo o acompañado no importa, en un lugar cerrado o en el exterior. Y quédate contigo, encuentra una postura cómoda y toma consciencia de tu propia respiración. Empieza a observar que piensas, que sientes y como está tu cuerpo. Observa como un espectador todo aquello que ocurre en ti, si hay un torbellino de pensamientos que te llevan, si son pensamientos recurrentes, observa como un pensamiento se...