Socialmente los hombres estamos etiquetados y encauzados en estereotipos que nada tienen que ver con la esencia del ser hombre. Nos educan en un sistema de valores que nos obliga a ser competitivos, exigentes, íntegros, buenos amantes, inteligentes, ... pero a la hora de la verdad nos vemos obligados a construirnos fachadas que responden a estas exigencias sociales alejándonos de la posibilidad de ser nosotros mismos. (Ver:¿Has oído hablar de matrix?)
Un amigo en una conversación me comentaba: que pasaría si una mujer te dice en la cama ¿y a ti que te gustaría que hiciera por ti para darte placer? y la respuesta quizas parezca obvia, pero no lo es. Desde la visión que nos han enseñado sobre el sexo sabemos que todo gira en torno al falo. Pero en algún momento quizas te gustaría que una mujer bailara para ti, que te hechizara con sus encantos, o simplemente que te acaricie suavemente la piel hasta que tu cuerpo se abandone al placer. ¿Nos atrevemos a pedirle eso a una mujer?
Ploramiques, llorón, nenazas, bledo, mano caída, sensiblero ... son algunas frases o palabras que describen socialmente la sensibilidad de un hombre. ¿Por qué simplemente no puede ser uno sensible, delicado, empático o expresivo?
En muchos círculos de amistades o grupos sociales se convive con estas dos formas de definir la sensibilidad o expresiones emocionales de los hombres. Las bromas a veces muestran esas verdades subconscientes de la sociedad, de valores que tenemos integrados como propios porque nos lo han enseñado y los hemos asumido como propios. "Necesitamos sentirnos parte del clan aunque sea alejándonos de nuestra propia verdad como seres humanos", también esto último nos lo han inculcado como una verdad absoluta.
El ser hombre no es ser superman, es algo mas sencillo. No somos ni el sexo débil ni el sexo fuerte. Somo seres en evolución, con carencias, virtudes, defectos, con altos y bajos emocionales, sensibles, alegres, melancólicos. Somos padres, hermanos, hijos, amigos. Somos masculinos, femeninos, fuertes, delicados, esposos, amantes, trabajadores. Amamos, sentimos, experimentamos el dolor, la tristeza, la frustración y nos equivocamos. No somos perfectos.
Los hombres estamos llamados a buscar nuestra propia verdad como individuos. Nuestra verdad nos da dirección, fuerza y sabiduría. Somos seres poderosos y sensibles, intuitivos y con una gran capacidad de dar y recibir amor. Ser hombre es tener consciencia de ser, es un camino.
Douglas Varela
Terapeuta
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