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¿TE DA MIEDO EL CAMBIO?

No hay peor obstáculo en el crecimiento emocional de una persona que la propia resistencia al cambio. La varita mágica no existe, es una ilusión. La voluntad es el camino para derrumbar nuestros propios muros, obstáculos que nos autoimponemos para no ser libres.

A menudo tomamos conciencia de aspectos de nuestra vida cotidiana que nos hacen pensar en cambios, ya sea rutinarios, estéticos, dietéticos, laborales o hábitos... patrones de conductas, bloqueos...

Pero los cambios muchas veces hacen aflorar los miedos. Tenemos una idea sobre como somos y nos aferrarnos a ella, es normal. En el mundo que nos rodea, esa idea es nuestro pasaporte a las relaciones sociales, familiares y sobretodo a las relaciones de intimidad que podamos tener, ya sea en la pareja o en una amistad. Proyectamos una imagen y unos valores sobre nosotros mismos que nos hacen sentir seguros, nuestra forma de hablar, nuestras ideas, nuestros sentimientos... 

Pero que ocurre cuando tomas conciencia de algo que se repite una y otra vez y sientes que te genera mal estar? La reacción es impredecible, en el mejor de los casos buscas ayuda, en otros, haces el amago de intentar entender e integrar esto que has visto y a veces ocurre que sin ayuda de nadie trasciendes aquello, otras personas achacan la situación a terceros y se niegan a tomar responsabilidad de si mismos...

La búsqueda del entendimiento y la comprensión de las emociones es todo un camino, es toda una existencia, es buscar lo diferente. Es un viaje hacia nuestro interior. Cuando empezamos a ver y reconocer que todos los inconvenientes que podamos encontrar en nuestras vidas provienen de nosotros mismos, entonces estamos por el buen camino. Lo diferente no está afuera, lo llevamos dentro. Son nuestros condicionamientos mentales los que nos alejan de la gran posibilidad de auto descubrirnos. 

En mi trabajo he encontrado personas que vienen a nosotros con una demanda concreta, pones un día y una hora para tratar aquel asunto, llegado el momento, ocurren cosas que aplazan un encuentro, un dolor de estomago, un esguince, un trabajo extra, una reunión, o simplemente no dan señales de vida. A esto Louise Hay le llama resistencias, que no son mas que miedos al cambio, a lo diferente. 

Cuando esto ocurre, la persona está experimentando la necesidad de respuestas que le ayuden a entenderse a si mismas. Pero entonces saltan todo tipo de inconvenientes para no confrontarse. No está mal, es un comienzo. Cuando se está preparado para hacer un click, entonces te mueves con seguridad. Si no lo tienes claro tomarse su tiempo es lo mas sabio. Cada uno necesita su tiempo y su ritmo. 

Confrontarse a uno mismo muchas veces puede ser doloroso, pero lo que está claro, es que sin voluntad el cambio no existe. Tampoco existe la varita mágica. El camino del crecimiento es como un túnel en el cual, para llegar a la salida, tienes que recorrerlo ¡Si quieres!

Douglas Varela 
Terapeuta Emocional

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