"Matrix es todo lo que nos rodea, la ves cuando miras por la ventana, la sientes cuando vas a la iglesia, a trabajar, cuando pagas tus impuestos... Es el mundo que han puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad...que eres un esclavo, como todos naciste en una cárcel que no puedes oler, probar ni tocar, una prisión para tu mente. Por desgracia no puedo enseñarte lo que es matrix, has de verlo con tus propios ojos". (Extracto del encuentro entre Morfeo y Neo en la película de Matrix).
Desde pequeños aprendemos una serie de reglas y normas que integramos y asimilamos como propias, aprendemos que debemos trabajar, estudiar y ser competitivos, creemos que tenemos que prepararnos para el futuro, que debemos ser personas de provecho, con una buena esposa o marido, creemos que con una casa y un buen coche mostraremos al mundo nuestros éxitos, que debemos tener hijos, que tenemos que engordar la cuenta del banco y que nuestra imagen es muy importante.
Es como perseguir la zanahoria atada en una vara que el burro persigue a un palmo de su hocico. Las noticias son siempre alarmantes, la economía, la guerra, la epidemia, el huracán... nos bombardean con la cultura del miedo y nos activan condicionamientos inconscientes, te provocan el miedo y te paralizas porque puedes perder lo poco o mucho que tengas. Mientras te diluyes en el miedo y te pierdes en el laberinto de los pensamientos, el presente se vuelve un asunto imposible, no ves que hay un sol radiante allí afuera, o que la lluvia es mágica, que los colores de primavera son increíbles. Te miras al espejo y te fijas en tu imagen, no te sientes a gusto y te gustaría ser diferente, te preocupa siempre que todo este bien a tu alrededor y que nada altere tu rutina, necesitas sentirte seguro.
El sistema está tan perfectamente diseñado y es tan eficiente que efectivamente hemos aprendido a reaccionar a sus estímulos ¿Que ocurre cuando te detienes? Paras un momento y observas a tu alrededor, respiras y cierras los ojos. Escuchas el latido de tu propio corazón y sientes el aire entrando y saliendo de dentro de tu cuerpo. Despejas tu mente y aprecias lo que tienes delante sin juicios y sin pensamientos de ningún tipo. Si lo consigues, estas viendo la realidad en tu momento presente, sea un objeto, una persona o una planta, veras que de repente eso que tienes delante es lo que es y no le habías visto así hasta este momento.
Todas las personas venimos equipadas con unas cualidades increíbles, estas habilidades, sensibilidades o capacidades, las ignoramos. Desde niños en las escuelas te acostumbran a sentarte en un pupitre y a absorber una enseñanza pre-concebida y diseñada para adquirir unos hábitos y costumbres que de adultos nos ayudan a "sobrevivir" en el sistema social en el que vivimos. Pero nadie te enseña a escuchar tus sentidos, no observamos, no contemplamos, no escuchamos. Tenemos facilidad de respuestas, respuestas que son parte de un protocolo social y colectivo. Pero cuando algo se sale de esos parámetros, resulta raro, por tanto provoca reacciones que van desde el rechazo a admiración o miedo.
Parar por un momento en tu día a día, mirarte al espejo, ver el regalo de lo que tu eres, aceptarlo tal y como es y permitirte recibirte a ti mismo seas hombre o mujer, indistintamente de tu orientación sexual, política o religiosa, trascendiendo todos los peros que has aprendido, aunque sea por un segundo, te puede ayudar a encontrar poco a poco esa otra persona que eres. ¡No pienses que lo harás!... ¡Hazlo y experimenta! ¡Regálate una sorpresa!
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios y opiniones son bienvenidos