ELLOS DEMANDAN TU ATENCIÓN. "No quiero comer, no me gusta, déjame en paz, no quiero ir...." ¿que quieren decirte?
¡No quiero comer esto! ¡No me gusta esta camisa!¡Que me dejes en paz! ¡Por tu culpa yo...! podría pasarme tiempo exponiendo frases que un niño manifiesta cuando algo no cumple sus expectativas. Generalmente este tipo de expresiones buscan adquirir la atención de la figura de referencia que el niño pueda tener en ese momento. Puede ser su papá, su mamá, otro miembro de la familia, los tutores o personas a cargo, en mi caso me toca de cerca por mi trabajo como educador de una residencia de menores (Centro Residencial de Acción Educativa CRAE). En cualquiera de los casos, el niño o niña siempre estará demandando atención.
En mi trabajo puedo observar y constatar que muchas veces lo que simplemente están demandando es que nosotros como adultos estemos en nuestro sitio y que de alguna manera seamos coherentes con lo que decimos y hacemos. Puede parecer que un niño no aprecia la realidad que le rodea, pero contrariamente, la apreciación que ellos tienen es más aguda de lo que podemos pensar. Alguna vez te has encontrado con el reclamo de un niño que te dice tres días después de una promesa ¿te acuerdas que me prometiste...? ¿Porque me pides a mi que haga esto y tú no lo haces? ¿Por que yo y ese no? En ocasiones, aunque estemos y compartamos tiempo y espacio con nuestros hijos, no estamos tan presentes para ellos como creemos. Muchas veces, de manera inconsciente, "estamos" más con nuestros problemas, pensamientos y emociones. Y una manera que tiene ellos de reclamar nuestra "presencia" es a través de estos comportamientos y demandas.
Cuando un niño no quiere comer quizás te está diciendo otra cosa, (mejor investigar cual puede ser el detonante de esa conducta). A veces es porque lo que le has puesto en el plato no le gusta, entonces simplemente te toca poner un mínimo y acompañarle en su ritual alimenticio. Hay cosas que no nos gustaban de pequeños! todos tenemos experiencias. Si tu hijo no quiere comer lo que tú le preparas, pero en casa del vecino hasta lame el plato, no le juzgues e intenta observar el porque de su comportamiento.
En la adolescencia pasa lo mismo que con los niños, pero a diferencia de un niño más pequeño, se consciente de que tienes delante a alguien que puede responder a tus argumentos de límites con sus propias ideas o apreciaciones.
¿Por qué se comporta así mi hijo? ¿Por qué me hace esto?
Quizás sería mejor preguntarse donde estamos nosotros, si realmente estamos presentes para ellos y si, muy importante, estamos haciendo aquello que predicamos con ellos.
Ellos están ahí para recordádnoslo constantemente.
Douglas Varela
Terapeuta Emocional
En mi trabajo puedo observar y constatar que muchas veces lo que simplemente están demandando es que nosotros como adultos estemos en nuestro sitio y que de alguna manera seamos coherentes con lo que decimos y hacemos. Puede parecer que un niño no aprecia la realidad que le rodea, pero contrariamente, la apreciación que ellos tienen es más aguda de lo que podemos pensar. Alguna vez te has encontrado con el reclamo de un niño que te dice tres días después de una promesa ¿te acuerdas que me prometiste...? ¿Porque me pides a mi que haga esto y tú no lo haces? ¿Por que yo y ese no? En ocasiones, aunque estemos y compartamos tiempo y espacio con nuestros hijos, no estamos tan presentes para ellos como creemos. Muchas veces, de manera inconsciente, "estamos" más con nuestros problemas, pensamientos y emociones. Y una manera que tiene ellos de reclamar nuestra "presencia" es a través de estos comportamientos y demandas.
Cuando un niño no quiere comer quizás te está diciendo otra cosa, (mejor investigar cual puede ser el detonante de esa conducta). A veces es porque lo que le has puesto en el plato no le gusta, entonces simplemente te toca poner un mínimo y acompañarle en su ritual alimenticio. Hay cosas que no nos gustaban de pequeños! todos tenemos experiencias. Si tu hijo no quiere comer lo que tú le preparas, pero en casa del vecino hasta lame el plato, no le juzgues e intenta observar el porque de su comportamiento.
En la adolescencia pasa lo mismo que con los niños, pero a diferencia de un niño más pequeño, se consciente de que tienes delante a alguien que puede responder a tus argumentos de límites con sus propias ideas o apreciaciones.
¿Por qué se comporta así mi hijo? ¿Por qué me hace esto?
Quizás sería mejor preguntarse donde estamos nosotros, si realmente estamos presentes para ellos y si, muy importante, estamos haciendo aquello que predicamos con ellos.
Ellos están ahí para recordádnoslo constantemente.
Douglas Varela
Terapeuta Emocional
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