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La zona de confort

Hace un tiempo vi un vídeo que me recomendó una persona (gracias Noemí) y me llamo la atención la zona de confort, un aspecto que destaca en este material accesible a todos vía Internet, el titulo del vídeo es: ¿Te atreves a soñar? Entendí que mi realidad la he construido a base de cosas que controlo, esas cosas o aspectos de mi vida, en el fondo no dejan de ser limites que me impongo para no ir mas allá de mis propias posibilidades. Descubrí que constantemente estoy en un estado de control mental de mi actividad vital, que esto me hacía sentir seguro y que tengo muchos miedos a la hora de emprender algo diferente. Resulta que en esta auto exploración me voy descubriendo los condicionamientos que he adquirido a lo largo de mi vida y con los cuales convivo en mi rutina diaria. A esto le llaman zona de confort

Sin embargo salir de la zona de confort implica confrontarse a si mismo, mirar mas allá del limite y experimentar aquello desconocido que supone un movimiento diferente en nuestra vida cotidiana. El miedo es el mayor enemigo al que me enfrento cada vez que intento algo nuevo, pero poco a poco también me voy
dando cuenta que esas cosas nuevas no traen consigo nada que me afecte negativamente, por el contrario, la amplitud de experiencias me resulta excitante y novedoso. Según el vídeo, mencionado anteriormente, las nuevas experiencias pasan a ser parte de tu zona de confort, porque una experiencia nueva deja de serlo en el momento en el que la experimentas pasando a ser parte de tu conocimiento personal, por tanto si vuelves a experimentar lo mismo, la experiencia ya no es novedosa A esto le llaman ampliar tu zona de confort.
En las relaciones personales, creamos zonas de confort que nos hacen sentir seguros delante de las demás personas, ya sea tu pareja, tus hijos, tus padres o las amistades, el mundo laboral o el vecindario. Nos amoldamos a las expectativas que nos pensamos que los demás tienen sobre nosotros, dejamos de escuchar a nuestros propios deseos por la necesidad de encajar en el entorno. Esa "necesidad" no deja de ser una trampa de la mente. Nosotros mismos emitimos juicios y generamos expectativas sobre las demás personas, en este juego, nos alejamos de nuestro instinto y nos cerramos a las novedades. Asumimos un estilo de vida y de relaciones que nos resulta cómodo y nos auto limitamos a ello. Te invito pues a explorar tus limites, a sentir el miedo a lo desconocido, a experimentar cosas que no estén dentro de tu zona de confort. Veras que no hay nada malo en ello y que por el contrario, descubrirás que ir mas allá de los límites te amplía los horizontes...

Douglas Varela
Terapeuta Emocional

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